Una prótesis total de rodilla, es el procedimiento quirúrgico en el cual se reeemplaza la articulación nativa dañada por una artificial, llamada prótesis. Los componentes de la prótesis son aleaciones de metales como el titanio, acero inoxidable, cerámicas y polietileno de alta densidad.
La indicación para la colocación de la prótesis consiste en un desgaste severo de la articulación, es decir que la capa articular de cartílago este acabada y que a pesar de otros tratamientos menos invasivos los síntomas persistan.
El paciente candidato ideal para la colocación de una prótesis total de rodilla, se encuentra de entre los 60 y los 75 años de edad, con poco sobrepeso, con enfermedades cronicodegeneartivas controladas (por ejemplo diabetes e hipertensión).
Alguna de las complicaciones descritas son sangrado, infección, aflojamiento, entre otras, sin embargo si se toman las medidas necesarias antes del procedimiento es muy poco probable que sucedan.
El escenario clásico de un procedimiento de esta índole es el siguiente: Se realiza el procedimiento, durante el segundo día en el hospital el paciente inicia ejercicios de flexión – extensión al borde de la cama y al tercer día inicia a caminar con ayuda de andador. En este mismo día puede ser dado de alta a domicilio con algunas indicaciones muy precisas.